lunes, 22 de junio de 2009

Una ética universal - Fuente: www.laprensa.com.ar

Una ética universal

20.06.2009 |
La Comisión Teológica Internacional es un organismo creado en 1969 por el entonces papa Pablo VI cuya función es ayudar a la Santa Sede y, especialmente, a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia.

Dicha Comisión se compone de un máximo de 30 teólogos, de diferentes países, nombrados por el papa a propuesta del cardenal prefecto de la Congregación y tras una consulta con las conferencias episcopales. Uno de ellos es monseñor Ricardo Antonio Ferrara, del clero de Buenos Aires.

Días atrás, este organismo presentó un documento bajo el título "En búsqueda de una ética universal: nueva visión sobre la ley natural". En el mismo se reafirma que los valores objetivos de la ley natural siguen sirviendo como base de una ética universal.

El padre Serge-Thomas Bonino realizó un compendio del extenso material, el cual fue publicado en el diario vaticano L"Osservatore Romano y divulgado en nuestro país por la agencia AICA.

Frente a los hechos que suceden a diario en el mundo, en todos los ámbitos, como el social, el político o el científico, este documento ofrece un poco de aire fresco frente a tanta confusión y contradicción.

El trabajo destaca la necesidad de un consenso sobre los valores éticos objetivos y universales que deberían promoverse para evitar los altibajos de la opinión y la manipulación de los sectores de poder.

"Estos valores pueden, por ejemplo, garantizar a los derechos humanos una base más sólida que el frágil positivismo jurídico. Estos deben fundamentarse en lo que define a los seres humanos como humanos y en cómo la naturaleza humana se concreta en cada persona, sea cual fuere su raza, cultura o religión".

El documento también sugiere que la ley natural como fundamento de la ética sigue siendo válida, en una cultura que eleva al individuo a referente último que crea sus propios valores y actúa al margen de normas éticas objetivas, sirviendo a una ideología impuesta poco preocupada por la dignidad humana.

La Comisión señala dos alternativas frente al momento actual: o la mundialización avanza "más o menos regulada en un marco jurídico puramente positivo incapaz de evitar a largo plazo el arbitrio y el derecho del más fuerte, o bien el hombre se implica en el proceso para orientarlo en función de la finalidad propiamente humana".

Los expertos recuerdan en este sentido que la doctrina de la ley natural afirma precisamente que "las personas y las comunidades humanas son capaces, a la luz de la razón, de reconocer las orientaciones fundamentales de un acto moral conforme a la naturaleza misma del sujeto humano y de presentarlas de manera normativa bajo la forma de preceptos o mandamientos".

"Para proponer la ley natural en el contexto actual, se la debe liberar de las presentaciones caricaturescas que la han hecho incomprensible a muchos de nuestros contemporáneos (...) El individuo escucha su ser profundo y, a través de la razón, hace emerger las exigencias morales que indican las inclinaciones ontológicas que estructuran su naturaleza."

La Comisión destaca, por último, el "profundo cambio de perspectiva en la presentación de la ley natural" que ofrece Jesucristo, es decir, su doctrina, para la historia de la humanidad. "A la luz de la fe, el hombre reconoce en Jesucristo el "Logos" eterno que preside la creación, y que, encarnándose, se presenta a los hombres como la Ley viviente, el criterio de una vida humana conforme a la ley natural. La ley natural -concluye el documento- no es abolida, sino llevada a su cumplimiento por la nueva ley del amor".

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