miércoles, 24 de junio de 2009

Una de las lunas de Saturno tendría un océano salado

HEIDELBERG, Alemania.- En la luna Encelado del planeta Saturno existe posiblemente un océano subterráneo, según un estudio realizado por científicos alemanes, que utilizaron mediciones realizadas por la sonda espacial Cassini de la agencia espacial estadounidense NASA.

En el anillo E de Saturno, el grupo encabezado por Frank Postberg del Instituto Max Planck de Física Nuclear de Heidelberg, comprobó la presencia de partículas de hielo saladas, que según los científicos provienen de un océano salado subterráneo.

El delgado anillo E del planeta se alimenta de gigantescas fuentes de agua y hielo que Encelado lanza desde el polo Sur al espacio, explicaron los investigadores en su estudio, publicado en la revista científica británica Nature .

Con la presencia de un océano líquido, Encelado poseería las condiciones más importantes para la creación de vida. Encelado está cubierto por una gruesa capa de hielo y tiene un diámetro de 500 kilómetros, por lo que es la sexta luna más grande de Saturno.

Mediciones anteriores ya habían dado indicios de la presencia de un reservorio de agua bajo la superficie de Encelado, que podría alimentar los géisers fríos cerca del polo Sur que fueron recientemente fotografiados.

Sin embargo, hasta ahora se desconocía si las partículas de hielo abandonaban Encelado ya congeladas o como agua líquida, que se congelaba en el frío del espacio. Nuevas mediciones realizadas desde 2004 por la sonda Cassini que orbita Saturno deben responder a esta pregunta, para lo cual se midió la concentración de sodio de las partículas de hielo.

El sodio es uno de los componentes de la sal común, cloruro de sodio, que es hidrosoluble y es el responsable de la salinidad de los mares terrestres.

Cassini detectó en el anillo E partículas de hielo con una diversidad de uniones de sodio y diferentes concentraciones de esta sustancia, que sorprendieron a los investigadores. Alrededor de un seis por ciento de las partículas de hielo resultaron ser verdaderamente saladas.

Análisis en laboratorios. Investigadores del Instituto Max Planck de Dinámica y Autoorganización de Gotinga y la Universidad de Gotinga, bajo la dirección de Udo Buck y Bernd Abel, reprodujeron en el laboratorio las condiciones en la luna de Saturno, en una forma simplificada.

Un rayo de agua asumió el papel del océano, mientras que un láser simuló la atomización del agua antes de la expulsión por el géiser. Con ayuda de una cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas, los expertos pudieron comprobar que el láser causaba en el rayo de agua las mismas uniones de sodio presentes en las partículas de hielo en la luna de Saturno.

De esta manera se refuerza la hipótesis de que bajo la superficie de Encelado hay agua líquida, indicaron Buck y Abel. "Los fragmentos de hielo en el anillo de Saturno con mucho sodio deben provenir del océano líquido". Los trozos pobres en sodio se originan en el vapor de agua que se mantiene sobre el océano.

En la misma edición de "Nature" un grupo de investigadores encabezado por Nicholas Schneider de la Universidad de Colorado presentó un análisis de las banderas de agua y hielo de los géisers de Encelado basándose en observaciones con telescopio.

En este caso, los expertos no probaron la presencia de sodio. Esto podría ser porque el océano está completamente congelado o porque existen charcas de agua dulce debajo de la superficie.

De cualquier manera, el agua de un océano debe evaporarse lentamente para dejar la sal, lo que ocurre durante la evaporación de los mares terrestres

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