lunes, 22 de junio de 2009

Arte, espionaje y ética - Fuente: www.laprensa.com.ar

Arte, espionaje y ética

19.04.2009 | Una hermandad secular, obras de arte de valor incalculable, una galerista singykar, más expertos, falsificadores y agentes nazis en la trama de "La colección del Führer", que termina de publlcar el sello Norma.
Una antigua cofradía, cuyo acervo era una colección de cuadros de Rubens, Bruegel, Delacroix y Durero, entre otros pintores, que fue entregada a Hitler cuando el líder nazi lideró la hermandad, es el eje de un thriller centrado en el arte, el espionaje y la ética escrito por Patricia Sagastizábal.

"La primera imagen que tuve del personaje principal llamado Lucía -hace años- fue ella en una galería mirando un cuadro, "a caza del león" de Delacroix, aunque en realidad estaba esperando a alguien. Era un momento en que yo estaba muy influenciada por la pintura", dice la autora.

La idea de la novela, explica Sagastizábal, "fue convertir a esta mujer en una galerista y trabajar todo el argumento como una secuencia sobre el arte".

PRIMERA IMAGEN

De esa imagen inicial, "van apareciendo pintores, expertos, falsificadores, e incluso la descripción de las obras configuran más que un motivo visual, porque yo creo que a partir del arte uno habla de otras cosas", asegura.

¿Por qué en esa época y no en otra? "Hay un hecho que marcó un antes y un después en la cultura occidental, la Segunda Guerra Mundial, y el tema de la posguerra me servía para hablar del arte y del mercado que gira alrededor", agrega.

"Y hablar de la ética -sobraya la autora de las novelas "En nombre de Dios" y "Un secreto para Julia"-, una cuestión siempre presente cuando uno mira un cuadro, ya que el espíritu se gratifica al contemplar una obra de arte".

En el personaje de Lucía, considera Sagastizábal, "hay como una dualidad, todo ser humano esta a la espera de una redención, aunque en su caso no sea posible: como mujer poderosa no la necesita pero como ser humano sí.

El delito que ha cometido tiene que ver con el dinero, con aprovecharse de la debilidad del otro en circunstancias extraordinarias, como la guerra".

CON SUSPENSO


"La colección del Führer", recién publicado por Grupo Editorial Norma, se lee como un thriller de suspenso que trata sobre una red de tráfico de obras de arte cuyos hilos son movidos por un grupo de nazis camuflados durante la posguerra y que desde el exilio continúan en actividad.

En tiempos de guerra, crece el mal pero también los actos heroicos, el coraje, todo aquello que cuando vuelve la normalidad implica el hacer justicia a las injusticias que se cometieron, un tema que subyace en la novela.

Es así como surge un grupo de investigadores que rastrea las actividades de la hermandad Primorum Santi, nacida en los albores del siglo XVII y que luego de largos períodos de esplendores tuvo una oscura alianza con Hitler. Esto terminó por provocar una división en la cofradía que se refleja en la novela.

Propietarios a través de los siglos de una importante colección de cuadros, la hermandad que tenía entonces a Hitler como líder político, decide ocultarla en un convento de la Toscana, pero después de un incendio se pierde el rastro de las obras allí albergadas.

UN IDA Y VUELTA


Cuando termina la guerra algunas pinturas reaparecen y también otras que en su conjunto eran consideradas la colección del Fuhrer. Ahí adquiere relieve la figura de Lucía, quien toma una determinación que da encarnadura a la trama en la que se cruzan miembros de la hermandad, un grupo de nazis y una asociación de judíos cuyo objetivo es restituir el patrimonio robado.

"No, no realicé una gran investigación. Hay datos históricos como la existencia de una logia, la de los Nazarenos, que obviamente tienen una lógica de poder, de influencias en determinados sectores de la sociedad. Me interesaba el tema de unir determinados valores y la pintura", menciona Sagastizábal.

En cuanto a los personajes que cobran vida en el relato, "cada uno me llevó un trabajo artesanal. Sopesar el papel de cada uno, sus acciones, cómo eran las escenas. Me llevó tiempo decidir qué decían y en que momento", desgrana la autora y confiesa que tardó seis años en escribir esta novela. (Télam)

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