lunes, 24 de agosto de 2009

Una familia que cuida a 130 niñas - fuente: www.lanacion.com.ar

Tienen la inmensa misión de ser una familia para 130 chicas, de lunes a viernes. De darles todo lo que una casa ofrece: cariño, educación, cuidados. Aunque la concepción del hogar tiene dos siglos, sigue siendo el sostén de muchas familias: el Hogar de Niñas, que la Sociedad Damas de la Misericordia creó hace 137 años, continúa con la misión de ampara ra chicas con carencias afectivas y económicas.

Las nenas entre 4 y 13 años y viven en el hogar del barrio de Recoleta desde las 7 del lunes hasta las 17 del viernes. Otras 20 son medio pupilas y se retiran cada tarde, a las 16.30. Ahí tienen todo: escuela, talleres, deportes, sus habitaciones y sus pertenencias. La mayoría de sus madres trabaja como empleada doméstica en el barrio. Es una tranquilidad saber que sus hijas están contenidas y cuidadas. Y que pueden vivir cerca de ellas.

Un médico las visita, tienen hockey, computación y gimnasia artística. La sociedad anexó hace años una escuela de enseñanza oficial que es subvencionada por el gobierno porteño. Y aunque los sueldos de las maestras están garantizados, todos los demás gastos dependen de la sociedad de beneficencia. Profesoras, celadoras, asistentes sociales, psicólogas, cocineras y un plantel de 35 personas que trabajan en el hogar no son un presupuesto fácil de solventar para una institución centenaria.

"En una época, el hogar vivía de las donaciones de la gente pero eso se fue perdiendo. Sostener este enorme edificio es muy costoso", cuenta Romeo. Haciendo honor a su nombre, dicen que la Misericordia las salvó más de una vez. "Hace poco se cayó el techo... en un aula vacía y se cayó una rama enorme cuando los chicos estaban en clase. El presupuesto nos alcanza para los sueldos pero no podemos cuidar lo edilico", lamenta.

El sostén económico de toda la obra es Flox, la casa de regalos ubicada en Peña 2331. Aunque tienen un emprendimiento en el que fabrican viandas para colegios y fundaciones, además de una residencia para chicos del interior, las cuentas no cierran. Necesitan padrinos con urgencia. Su teléfono es 4805-6703/5978, internos 121 y 119, y su mail es aromeo@socmisericordia.org.ar

El nombre se conserva pero la obra está hoy en manos de laicos: las monjas que estaban al frente de la institución crearon un hogar para mujeres mayores que alberga a 250 señoras.

Desde hace un año llevan adelante un ambioso proyecto que comanda la licenciada en Fonoaudiología y lingüista, Adriana De Rossi, y tiene un convenio con la Universidad del Salvador. "Nos dimos cuenta de que el 82% de los chicos de tercer grado hablan otro idioma en su casa", señala De Rossi.

Las nenas casi no hablan castellano y muchas de sus mamás son analfabetas, sumado a una nutrición y estimulación deficientes durante los primeros años de vida, el proceso de aprendizaje se vuelve muy complejo. "El lenguaje está relacionado con la estructura de pensamiento y se traslada a la matemática. Las chicas tienen capacidad para repetir pero les resulta muy difícil construir. Están desarmadas", explica la directora de la escuela, Cristina Móttola.

"Es fundamental despertar en ellas otro nivel de pensamiento para evitar el fracaso posterior ?agrega Romeo?. Terminan acá el primario, muy contenidas, y van a un secundario común, que es muy diferente." Es un proceso largo, una apuesta a largo plazo.

Cada nena es un mundo. Cada caso tiene una familia detrás, con un sinnúmero de aristas para trabajar. "Los casos particulares terminan siendo todos. Tenés 130 casos particulares", ironiza la directora de la escuela.

"Sabemos que el mejor lugar sería una casa, con una mamá y una familia. No competimos con eso pero como hay un enorme vacío en lo familiar, damos una contención super necesaria para tantas familias", agrega Romeo.

"También enseñamos hábitos, orden, higiene, una actitud de responsabilidad. Muchas no tienen una cama en sus casas y acá sí... Más allá de los objetivos pedagógicos, aspiramos a que quieran otra cosa para sus vidas: una cama, un plato de comida, que aprendan que tienen derechos, que nadie puede obligarlas a lo que no quieren", reconoce la directora del hogar.

"Queremos prepararlas para que cambien la historia. O, al menos, para que sepan que existe un mundo diferente en el que el esfuerzo es recompensado ?se emociona Móttola?. Sabemos que estas nenas merecen vivir mejor."

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